إعدادات العرض
¡Ya no habrá sufrimiento para tu padre a partir de hoy!
¡Ya no habrá sufrimiento para tu padre a partir de hoy!
Narró Anas Ibn Malik -Al-lah esté complacido con él-: “Cuando la enfermedad que padecía el Mensajero de Al-lah -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él- se agravó, Fátima (su hija) -Al-lah esté complacido con ella- le dijo: “¡Qué sufrimiento padece mi padre!” Y él dijo: “Ya no habrá sufrimiento para tu padre a partir de hoy”. Y cuando murió, Fátima dijo: “¡Oh padre mío, has respondido al llamado de tu Señor. El Paraíso será tu morada! ¡Oh padre mío, al ángel Gabriel le contamos la noticia!” (Es una expresión que no es literal). Y cuando se lo enterró, Fátima -Al-lah esté complacido con ella- dijo: “¿Están sus almas satisfechas al echar tierra sobre el Mensajero de Al-lah -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él-?””.
الترجمة
العربية বাংলা Bosanski English فارسی Français Bahasa Indonesia Русский Tagalog Türkçe اردو 中文 हिन्दी Tiếng Việt Kurdî Kiswahili Português සිංහලالشرح
Este hadiz describe la paciencia del Mensajero de Al-lah -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él- ante la agonía de la muerte. Cuando se le agudizó la enfermedad que le causó su fallecimiento, el Mensajero de Al-lah -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él- siguió soportando la calamidad que le afligía, porque a él -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él- le fue intensificado el sufrimiento de la enfermedad por una sabiduría sublime: alcanzar el grado más alto de la recompensa de Al-lah por su paciencia. Cuando se le agudizaba el sufrimiento, Fátima -Al-lah esté complacido con ella- decía angustiada por él: “¡Que sufrimiento padece mi padre!”. Puesto que era mujer, y las mujeres no tienen resistencia. Él, sin embargo, le dijo: “¡Ya no habrá sufrimiento para tu padre a partir de hoy!”. Ya que al dejar este mundo, irá a la compañía del Altísimo. De hecho, cuando el Mensajero de Al-lah -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él- padecía la enfermedad, solía decir: “¡Oh Al-lah, llévame a la compañía del Altísimo!” mientras miraba el techo de la habitación. Y cuando murió, Fátima -Al-lah esté complacido con ella- comenzó a llorar la muerte de su padre, pero de forma leve, que no implicó desagrado sobre el destino que Al-lah le ha impuesto. Cuando dijo: “¡Oh padre mío, has respondido al llamado de tu Señor!”, porque Al-lah, Alabado sea, es el que posee todo el poder y el plazo de la vida y muerte de sus criaturas. Por lo tanto, Al-lah respondió a la súplica de Su Mensajero, esto es, que ha muerto como el resto de los creyentes. Elevó su espíritu hasta que se detuvo ante Al-lah, Alabado sea, por encima del séptimo cielo. Cuando Fátima -Al-lah esté complacido con ella- dijo: “¡El Paraíso será tu morada!”, esto es, porque -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él- es a quien se le ha concedido el grado más elevado del paraíso de entre todas las criaturas. Como el propio Mensajero de Al-lah -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él- dijo: “Pidan a Al-lah que me otorgue el Wasilah, una morada en el paraíso que sólo la merece un siervo de Al-lah, y deseó ser ese siervo”. No hay duda de que la morada del Mensajero de Al-lah -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él- es Al-Firdaws, que es la estancia más elevada del paraíso, cuyo techo es el trono del Señor, Majestuoso sea. Así pues, el Mensajero de Al-lah -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él- estará en el grado más alto del Paraíso. Cuando dice: “¡Oh padre mío, al ángel Gabriel le contamos la noticia!” de tu fallecimiento, puesto que el ángel Gabriel era quien traía la Revelación y quien lo instruía en vida. La Revelación por lo tanto está ligada a la vida del Mensajero de Al-lah -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él-. Y cuando se lo enterró, Fátima -Al-lah esté complacido con ella- dijo: “¿Están sus almas satisfechas al echar tierra sobre el Mensajero de Al-lah -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él-?”, les planteó esta pregunta, debido a su gran tristeza por el fallecimiento de su padre, al igual que sus compañeros - Al-lah esté complacido con ellos- pues Al-lah llenó sus corazones con el amor por Su Mensajero. Sin embargo, Alabado sea Al-lah, y a Quien todos volvemos, como dijo en su Libro: “En verdad, tú habrás de morir, [Oh Muhámmad], y en verdad, ellos también habrán de morir” [Corán, 39:30].