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El Mensajero de Al-lah -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él- envió al frente de una expedición militar a un hombre que, al guiar a sus compañeros en la oración, solía terminar su recitación del Corán con la Sura de Al-Ijlas [Corán, 112].
El Mensajero de Al-lah -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él- envió al frente de una expedición militar a un hombre que, al guiar a sus compañeros en la oración, solía terminar su recitación del Corán con la Sura de Al-Ijlas [Corán, 112].
Narró Aisha, Al-lah esté complacido de ella, “que el Mensajero de Al-lah -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él- envió al frente de una expedición militar a un hombre que, al guiar a sus compañeros en la oración, solía terminar su recitación del Corán con la Sura de Al-Ijlas [Corán, 112]. Cuando regresaron de la expedición, le contaron este hecho al Mensajero de Al-lah -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él- y él les dijo: ‘Preguntenle por qué motivo lo hacía así’. Le preguntaron y él respondió: ‘Porque es un atributo del Misericordioso, Majestuoso y Excelso sea. Y me gusta recitar esa Sura’. Entonces, el Mensajero de Al-lah -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él- dijo: ‘Informenle de que Al-lah, Altísimo sea, lo ama’”.
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El Mensajero de Al-lah -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él- envió al frente de una expedición militar a uno de sus compañeros, para que esté al tanto de sus asuntos y para que imponga justicia entre los combatientes, y así evitar que reine el caos. Solía elegir el más capacitado de todos en cuanto a conocimiento de la religión, el de mejor obra y el más apto para las dotes de mando. Por este motivo, los dirigentes o emires eran los imames que dirigían la oración y los que emitían los dictámenes jurídicos dado su conocimiento de la norma religiosa. Este compañero, cuando guiaba a sus compañeros en la oración, solía recitar la Sura de Al-Ijlas [Corán, 112] en la segunda postración de la oración, debido a su amor por Al-lah, sus más bellos Nombres y Atributos. Cuando regresaron de la expedición, le contaron este hecho al Mensajero de Al-lah -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él- y él les dijo: “Preguntenle por qué motivo lo hacía así”. El emir de esa expedición dijo que lo hizo así porque esa Sura comprende el atributo del Misericordioso, Majestuoso y Excelso sea. Y que a él le gusta recitarla constantemente. Entonces, el Mensajero de Al-lah -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él- le dijo que le informaran de que, al igual que él repetía esa Sura por su amor de Al-lah, y porque contiene sus más bellos Nombres y Atributos, Al-lah, Altísimo sea, lo ama a él por ello. ¡Y qué don más bendecido ha obtenido!