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Cuando el siervo musulmán o creyente hace la ablución (wudú), al lavar su cara, el agua se llevará -o con la última gota se irán- todas las faltas que haya cometido con la vista.
Cuando el siervo musulmán o creyente hace la ablución (wudú), al lavar su cara, el agua se llevará -o con la última gota se irán- todas las faltas que haya cometido con la vista.
De Abu Huraira, Al-lah esté complacido con él, que el Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Cuando el siervo musulmán o creyente hace la ablución (wudú), al lavar su cara, el agua se llevará -o con la última gota se irán- todas las faltas que haya cometido con la vista; y al lavarse las manos, el agua se llevará -o con la última gota se irán- todas las faltas que haya cometido con ellas; y al lavar sus pies, el agua se llevará -o con la última gota se irán- todas las faltas a las que sus pies le han llevado. Y así hasta que quede puro y limpio de toda falta”.
[Hadiz auténtico (sahih)] [Registrado por Muslim]
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En la ablución preceptiva se purifican cuatro partes del cuerpo: la cara, las manos, la cabeza y los pies. Esta purificación lo es en términos físicos y morales. La parte física se refiere a limpiar la parte externa con agua, ya que el musulmán se lava la cara, las manos y los pies, así como se pasa las manos húmedas por la cabeza. Se había dispuesto que la cabeza se lave como se lavan las otras partes mencionadas, pero Al-lah Todopoderoso lo hizo más liviano, puesto que la cabeza contiene cabello y es la parte superior del cuerpo, por lo que, de lavarse, supondría una incomodidad para los fieles, especialmente en invierno. No obstante, parte de la Misericordia de Al-lah, Ensalzado y Majestuoso, que haya impuesto solamente pasar las manos húmedas a toda la cabeza. Así pues, cuando el musulmán realiza la ablución, no hay ninguna duda en que ha purificado físicamente esas partes de su cuerpo. Esta purificación constituye, además, una prueba de la perfección de la fe islámica, que le ha impuesto al fiel limpiar y purificar estas partes del cuerpo que casi siempre están al descubierto. En lo que respecta a la purificación moral, que debe ser la intención del musulmán, es una purificación de las faltas cometidas. Así, cuando el musulmán se lava la cara, el agua se llevará todas las faltas que haya cometido con la vista, y cita aquí expresamente los ojos -y Al-lah es Quien lo Sabe Mejor- solo como ejemplo, ya que de ser exclusivamente la vista, la nariz y la boca, que pueden asimismo cometer faltas, no estarían incluidos, a sabiendas que una persona puede decir u oler algo ilícito, sin embargo indicó la vista porque por norma general es el origen de la comisión de faltas. La expiación de faltas mencionada en este hadiz se refiere a las pequeñas faltas solamente, ya que los grandes pecados requieren de un arrepentimiento sincero y de propósito de enmienda.