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Oh Al-lah, perdona mis faltas, mi ignorancia, la dejadez en mis obligaciones y todo cuanto Tú conoces mejor que yo.
Oh Al-lah, perdona mis faltas, mi ignorancia, la dejadez en mis obligaciones y todo cuanto Tú conoces mejor que yo.
De Abu Musa, Al-lah esté complacido con él, que dijo: “El Profeta, Al-lah le bendiga y le dé paz, solía pedir con el siguiente ‘duá’: ‘Al-lahumma agfirlí jatíati wa yahlí, wa isráfi fi amrí, wa ma anta aalamu bihi minní. Al-lahumma agfirlí yiddí wa hazlí, wa jataí wa amdí, wa kullu dhálika indí. Al-lahumma agfirlí ma qaddamtu wa ma ajjartu; wa ma asrartu wa ma aalantu, wa ma anta aalamu bihi minní; anta al muqaddam wa anta al muajjir; wa anta alá kulli shai in qadír’. (¡Oh Al-lah, perdona mis faltas y mi ignorancia. Perdona mis excesos y aquello que Tú conoces mejor que yo! ¡Oh Al-lah, perdóname en mi esfuerzo o mi desgana, así como mis errores y todo lo que haya en mí! ¡Oh Al-lah, perdona mis faltas anteriores y posteriores, las que he ocultado y las que he manifestado. Y todas aquellas que Tú conoces mejor que yo. Tú eres el Primero y el Último, y el Poderoso sobre todas las cosas!).”.
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El Profeta -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él- solía suplicar con estas grandiosas palabras que engloban la súplica del perdón de Al-lah, El Altísimo, por todas los pecados y faltas, independientemente de su forma y manera. Además de lo que contiene esta súplica de humildad y entrega entre las Manos de Al-lah, El Altísimo. Así pues, lo más beneficioso para el musulmán que suplica a Al-lah utilizando este ruego, para con ello seguir el ejemplo del Mensajero -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él-.