Lee tres veces las tres últimas suras del Corán (112, 113 y 114) al amanecer y al atardecer, y te protegerán de todo mal.

Lee tres veces las tres últimas suras del Corán (112, 113 y 114) al amanecer y al atardecer, y te protegerán de todo mal.

De Abd Al-láh Ibn Jubaib -que Al-láh esté complacido con él- que dijo: Me dijo el Mensajero de Al-láh -que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él-: “Lee tres veces las tres últimas suras del Corán (112, 113 y 114) al amanecer y al atardecer y te protegerán de todo mal”.

[Hadiz auténtico (sahih).] [Registrado por Al-Tirmidhi]

الشرح

Este hadiz tiene una guía profética muy especial, en la cual invita al musulmán a recordar a Al-láh -Enaltecido sea-, pues quien recuerda a Al-láh, Al-láh le protege de todo mal, aquí el profeta -que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él- enseña a Abdullah ibnu Jubaib -que Al-láh esté complacido con él- y por supuesto a toda su nación, que la persona que recita la sura del Ijlas y las dos suras del Falaq y de An-Nas tres veces al amanecer y al atardecer, entonces Al-láh -Enaltecido sea- le protege de todo mal, en efecto este hadiz incluye un favor enorme, y un privilegio valioso para cada creyente que quiere protegerse de todos los males, sin embargo este hadiz incluye el habla sobre tres suras de gran valor que son: a-La sura del Ijlas {Di: Él es Al-láh, la única divinidad} en la cual Al-láh -Enaltecido sea- la dedica para hablar de sí mismo insistiendo sobre el monoteísmo y la fe pura lejos de la asociación, y el profeta -que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él- mencionó que esta sura es igual al tercio del Corán (ya que habla del monoteísmo que consiste el tercio del Corán). b-La sura del Falaq, que incluye un refugio contra todo mal creado por Al-láh -Enaltecido sea-, refugiándose del mal de la noche y lo que incluye de daño, del mal de los brujos, de la envidia, entonces incluye casi todo lo que el musulmán teme de males. c- La sura de An-Nas, que incluye todas las partes de la unicidad [Señor de los humanos] es decir la unicidad de señoría, [El Soberano de los humanos] la unicidad de los nombres y atributos; ya que el Soberano solo soberanea con la perfección de sus nombres y atributos, [la verdadera y única divinidad de los humanos] la unicidad de deidad, [del mal del susurrador que huye (cada vez que Al-láh es invocado) que susurra en los corazones de los humanos. Y existe entre los genios y los humanos] entonces se finaliza con un refugio del mal de los susurros del satanás.

التصنيفات

Dhikr de la mañana y de la tarde.