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¡Oh joven! He de enseñarte unas palabras: Protege a Al-láh y Él te protegerá. Protege a Al-láh y lo encontrarás ante ti. Si suplicas algo, suplícaselo a Al-láh, y si necesitas ayuda, acude a Al-láh.
¡Oh joven! He de enseñarte unas palabras: Protege a Al-láh y Él te protegerá. Protege a Al-láh y lo encontrarás ante ti. Si suplicas algo, suplícaselo a Al-láh, y si necesitas ayuda, acude a Al-láh.
De Ibn Abbás, que Al-láh esté complacido con los dos, que dijo: “Estaba un día detrás del Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sea con él, y me dijo: ‘¡Muchacho, te enseñaré unas palabras!: Protege a Al-láh (Su Din) obedeciendo sus mandatos y alejándote de sus prohibiciones y Él te protegerá; protege a Al-láh y siempre estará contigo; y si pides ayuda, pídesela a Al-láh. Y debes saber que si toda la gente se reuniera para beneficiarte en algo, no te beneficiarían en nada que no hubiese decretado Al-láh para ti; y si se reunieran para perjudicarte en algo, no te perjudicarían en nada que no hubiese decretado Al-láh para ti. Pues ya está todo escrito’. ” Lo relató At Tirmidí (Hadiz Hasan) Y en otro relato: “Obedece los mandatos de Al-láh y lo encontrarás frente a ti. Ve en busca de Al-láh en la abundancia y El irá en busca de ti en la estrechez. Debes saber que tu error o acierto no van a impedir lo que te haya de suceder por decreto. Y que la ayuda de Al-láh vendrá con la paciencia. La felicidad sigue a la desgracia. Y que después de la dificultad viene la facilidad. ”
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En este grandioso hadiz, el Mensajero de Al-láh -que la paz y las bendiciones de Al-láh sea con él- se dirige a un joven que es Ibn Abbas - que Al-láh esté complacido con ambos- para darle un consejo grandioso en el que le recomienda seguir los mandatos de Al-láh - Enaltecido sea- y evitar sus prohibiciones en todo momento y lugar. Al mismo tiempo, el Mensajero de Al-láh le corrige su fe desde la niñez al dejarle claro que no hay otro creador excepto Al-láh, nadie tiene poder por encima de Al-láh, nadie ejecuta todo cuanto nos rodea excepto Al-láh. No hay intermediario entre el siervo y su Señor. Es Él - Exaltado sea- al que se debe acudir en los momentos de calamidad y es a Él a quien debe suplicar cuando alcanza el castigo. El Mensajero de Al-láh -que la paz y las bendiciones de Al-láh sea con él- implantó la semilla de la fe en el corazón de Ibn Abbas- que Al-láh esté complacido con ambos- la fe en lo que Al-láh ha dispuesto en todos los asuntos.فوائد الحديث
Es permitido que dos personas monten un animal si esto no daña el animal.
El maestro puede informar a su alumno que le va a enseñar algo, para llamar su atención y crear un suspenso en el receptor y así se encuentra interesado.
El buen trato del profeta -que la paz y las bendiciones de Al-láh sea con él- hacia los que son inferiores a él diciendo: "¡Muchacho, te enseñaré unas palabras!"
La situación privilegiada de Ibn Abas -que Al-láh esté complacido con él y con su padre- ya que el profeta le considera responsable y capaz de entender estos consejos a pesar de su menor edad.
La recompensa puede ser equivalente a la obra realizada.
Le ordena pedir ayuda y confiar solo en Al-láh sin nadie más, porque es el mejor a confiar en Él.
La incapacidad de las criaturas, y que todas necesitan a Al-láh -Enaltecido y Exaltado sea-
Mostrar que en esta vida se puede vivir pruebas duras, entonces se debe ser paciente al vivirlas.
Aceptar el destino y el designio de Al-láh.
Quien abandona su religión, Al-láh no le protege y le hace caer en la perdición.
Quien sigue la guía de Al-láh -Enaltecido y Exaltado sea- Al-láh le guía hacia lo bueno.
La buena noticia: la persona al recibir una dificultad debe esperar el alivio y la facilidad.
Aliviar a quien recibe una prueba dura, al perder lo que se quiere lograr, con el dicho: "Debes saber que tu error o acierto no van a impedir lo que te haya de suceder por decreto" la primera parte alivia a quien recibe un mal y la segunda alivia a quien pierde un bien.