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1- El Mensajero, Al-láh -que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él- , solía recordar a Al-láh en todo momento y situación.
2- "¿Es esto con lo que les han ordenado?" o "¿Es esto con lo que os enviaron? ¿Que pusieran el Libro de Al-láh contra sí mismos? La gente antes que vosotros fue arruinada solo cuando diferían sobre este asunto. No tenéis nada que ver con lo que estaba sucediendo aquí. Hagan lo que yo os ordeno que lo hagan, observenlo y actuen en consecuencia, y lo que os prohibí que hicieras, alejaos de ello".
3- "No discutan sobre el Corán, porque esta discusión lleva a la incredulidad".
4- que ellos solían recibir diez aleyas desde el mensajero de Al-láh —que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él— y no recibían otras nuevas aleyas hasta entender lo que incluyen las diez primeras de conocimiento y aplicarlas
5- El Profeta -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él- me dijo: recita el Corán para mí, le dije: ¡Mensajero de Al-lah! ¿Recitaré para ti siendo que a ti se te ha revelado? dijo: me gusta escucharlo de otra persona.
6- Ibn Mas'ud dejó la Kaaba a su izquierda y Mina a su derecha. Luego dijo: ‘Es este el lugar en el que la sura de la Vaca (Corán 2) fue descendida sobre el Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz.
7- El ejemplo del que memoriza el Corán es como el ejemplo del camello trabado.
8- Que en el libro que le escribió el Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, a Amru Ibn Hazm decía: “Que nadie excepto la persona purificada debe tocar el Corán”.
9- Le preguntaron a Ibnu Abas y a Muhammad ibnu Al-Hanafiya: ¿Acaso el profeta -que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él- ha dejado algún libro? dijeron: solo lo que está entre estas dos páginas.