1- Quien entra a una casa ajena luego dice: "A’udhu bikalimaatil-lahi attammaati min sherri maa Jálaqa" (Me refugio en las palabras perfectas de Al-láh del mal que ha creado) nada lo puede causarle daño hasta que se va".

2- Realmente yo sé una frase que, si se pronunciara, desaparecería al momento ese estado. Y es: ‘audu bi Al-lahi mina achaitani ar-rayim’ (me refugió en Al-lah del maldito Shaytán).

3- El tacaño es aquél ante el cual soy mencionado y no pide bendiciones por mí.

4- A aquel que, cuando termine de comer, diga: “Al hamdulillah alladhí atamaní hadha, wa razaqaníhi min gairi haulin minní wa la quwatin” (Las alabanzas son para Al-lah que me ha dado esta comida. Y me ha dado su provisión sin que yo haya hecho mérito alguno) le serán perdonadas sus faltas anteriores.

5- Que el Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, cuando se retiraba a su aposento cada noche, juntaba sus palmas, soplaba en ellas y recitaba las suras 112, 113 y114 del Corán (denominadas al mu’awidat). Después frotaba con las palmas de sus manos su cuerpo.

6- ¡Alabanzas para Al-lah, Aquel que nos ha dado de comer y de beber, y nos ha dado lo necesario y nos ha dado cobijo! ¡¿Pues, cuántos hay que no tienen quien cubra sus necesidades ni les dé cobijo?

7- No maldigan los vientos, si perciben en ellos algo que les desagrada entonces digan: “¡Oh Al-láh, Te rogamos el bien de estos vientos, el bien que hubiere en ellos y el bien con el que hayan sido enviados; nos refugiamos en Ti del mal de estos vientos, del mal que hubiere en ellos y el mal con el que hayan sido enviados!

8- Sale perdiendo quien mi nombre es mencionado ante él y no pide bendiciones por mí.

9- Si se disponen a acostarse en su lecho o meterse en la cama, digan “Al-lahu Akbar” (Al-lah es el más grande) treinta y tres veces, “Subhana Al-lah” (Gloria a Al-lah) treinta y tres veces, y “Al-hamdu lil-lah” (Alabado sea Al-lah) otras treinta y tres veces.

10- ¡Oh Alah! Te pido su bien, el beneficio que tiene y el bien que Has enviado con él, y me refugio en Ti de su mal, el mal que encierra y el mal que has enviado con él.

11- El viento es una misericordia de Al-lah, viene como misericordia y viene como castigo, cuando lo vean no lo insulten, pídanle a Al-lah el bien que hay en él y refúgiense en Al-lah del mal que hay en él.

12- Un hombre vino a ver al Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, y le dijo: “Mensajero de Al-lah, deseo realizar un viaje, así que ayúdame con las provisiones del viaje”. Le dijo: “Al-lah te ayuda con el temor de Él”.

13- Cuando el Profeta que la paz y las bendiciones de Al-lah sea con él, recogía la mesa después de comer solía decir, “Todas las alabanzas son para Al-lah, alabanzas buenas y abundantes, las cuales contienen bendición. Glorificado sea Él quien no necesita de nadie y todos necesitan de Él. ¡Señor nuestro!

14- Ali -Al-lah se complazca de él- subió a su montura y cuando puso su pie (en el estribo) dijo: Bismillah (en el nombre de Al-lah).

15- Cuando el Mensajero de Al-lah -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él-viajaba pedía refugio en Al-lah de la dificultad del viaje, de cualquier cosa que le causara pena, de la corrupción después de la virtud, de las suplicas del oprimido y de encontrar sus bienes y su familia en mala estado.

16- Si alguno de ustedes se dispone a ir a su lecho, debe sacudir antes su cama con la parte interior de su faldilla (izar), puesto que no sabe si se ha introducido algo en ella mientras estaba ausente.

17- solía decir cuando veía la luna nueva: “¡Al-láhumma ahil-lahu alaina bil amni wal imán!" (¡Oh Al-láh, ilumínanos a través de ella en la seguridad y la fe!

18- Cuando subíamos decíamos Alah es el más grande y cuando descendíamos Lo glorificábamos.

19- Abu Saleh nos ordenaba que, al disponernos a dormir, nos recostemos sobre el costado derecho de nuestro cuerpo.

20- Ciertamente estas señales que Al-lah, el Altísimo, envía no son por la muerte de nadie ni por su vida. Si no que Al-lah las envía para atemorizar a sus siervos, así que, si ven alguna de ellas, corran al recuerdo de Al-lah, a hacer suplicas y a pedir su perdón.